Moho

12 enero 2007

EL NEGOCIO FARMACÉUTICO


Desengañémonos. Las compañías farmacéuticas son empresas privadas. Como tales, responden a sus intereses económicos y su objetivo es amasar la mayor cantidad posible de dinero, incluso a costa de las muertes de los habitantes del Tercer Mundo que no pueden pagar los medicamentos que les son necesarios. El altruismo se lo dejan a otros.

Para marcar el precio de los medicamentos se basan -argumentan- en los costes que tiene su fabricación y en las inversiones que se ven obligadas a hacer en investigación y desarrollo. Sin embargo, esa argumentación tiene algo de falacia. Los costes de producción, lejos de encarecerse, se han abaratado considerablemente debido a la automatización de muchas etapas productivas y a la reducción de mano de obra, fruto de las fusiones de las principales empresas farmacéuticas para hacerse más todopoderosas si cabe. Sus verdaderos gastos millonarios son los derivados de promoción y publicidad de sus productos. Las multinacionales farmacéuticas se gastan 20.000 millones de dólares en esta partida.

Los anuncios en los medios de comunicación les rentan de forma espléndida y de ahí que dediquen partidas de dinero formidables. Resultado: la automedicación se multiplica cada año. La gente prefiere ahorrarse la visita al médico y compra el producto que ha visto en la pequeña pantalla o en las revistas. Pero es especialmente escandaloso el caso de los visitadores farmacéuticos. Las empresas farmacéuticas conceden diversos obsequios –tremendamente suntuosos- a los médicos para lograr que sus productos sean prescritos de forma prioritaria a los pacientes. Viene a la memoria el caso de la compañía GlaxoSmithKline, acusada hace unos años de sobornar a miles de facultativos. Entre las dádivas que daban se incluían viajes a distintas partes del mundo, entradas para diversos espectáculos, ordenadores personales...

De las 100 compañías con más valor del mundo, 25 son farmacéuticas. A pesar de tener los bolsillos llenos a reventar, se niegan a rebajar el precio de los medicamentos en el Tercer Mundo. Es más, también son reacias a liberalizar las patentes. Es sangrante el caso de los nuevos medicamentos que no se comercializan en muchos países tercemundistas porque para las compañías no es prioritario registrarlos en zonas subdesarrolladas.

Las cifras son dramáticas: cada año mueren 11 millones de personas por enfermedades fácilmente curables con medicamentos como las afecciones que se ensañan con los más pequeños tales como la diarrea y las infecciones respiratorias. Las farmacéuticas cierran los ojos, hacen oídos sordos y... se tapan la nariz.

11 enero 2007

INFIERNO GUANTÁNAMO



1)Base naval de EEUU en Cuba

2)Campo de detención militar para prisioneros supuestamente vinculados al grupo terrorista Al Qaeda.

3)Presidio de máxima seguridad donde el color del uniforme distingue a los presos según su grado de peligrosidad

4)Morada de maltratos, insultos y vejaciones

5)Recinto de abusos y despotismos

6)Emplazamiento de la indecencia, motivo de sonrojo y bochorno para los que apadrinan esta mazmorra inmunda

7)Calabozo abominable e ilegal.

8)Madriguera de torturadores y fustigadores

9)Prisión para los muertos en vida

10)Vergüenza internacional


***Hoy se cumple el quinto aniversario de los primeros detenidos. 775 sospechosos de terrorismo han pasado por este centro de detención desde el 11 de enero de 2002 y ninguno ha sido declarado culpable de ningún delito.

04 enero 2007

ABISMOS ABISALES


03 enero 2007

BALANCES DE FIN DE AÑO


Diciembre es mes de balances. Algunos provocan que a uno se le atraganten las uvas del día 31. Por ejemplo, el de Pedro Solbes. Al vicepresidente segundo del Gobierno no le inquieta lo más mínimo el endeudamiento de las familias españolas a raíz del desorbitado precio de la vivienda. Considera que no es un problema "global" de la economía porque sólo afectará a aquellos con menos ingresos y provocará "problemas específicos" a quienes suscribieron su hipoteca entre 2003 y 2005.

Es para echarse a llorar. Gentes con nombres y apellidos -no entes abstractos- las pasarán canutas el año que viene. No podrán cambiar de coche tal y como necesitaban, tendrán que aplazar sus ansiadas vacaciones para otro año o se alejará su idea de tener un hijo. Pero para los gerifaltes de las finanzas, los contratiempos de otros les son totalmente ajenos. Craso error.

Solbes además menosprecia a los afectados porque suponen un porcentaje de la población pequeño. Pequeño, por ejemplo, es el porcentaje de enfermos de SIDA en España en comparación con los más de 40 millones de personas que habitamos el país. Igual que el número de sordomudos o de parapléjicos. ¿Es argumento suficiente para olvidarnos de ellos? Obviamente no.
Además, las cifras son todo menos una minucia. La deuda hipotecaria acumulada por las familias españolas para la adquisición de viviendas superó por primera vez en la historia los 550.000 millones de euros. La cantidad no es moco de pavo.

Para más inri hay un truco estadístico que enmascara la realidad. Hay gente que no está hipotecada y con el agua al cuello por el simple hecho de que ni siquiera ha podido comprarse una casa. No pasan apuros económicos porque siguen en casa de sus padres después de ver cómo les era imposible poner el pie fuera del hogar paterno. A éstos también hay que incluirlos en los cálculos.